Día 15 de JUNIO


Para el portillo hemos comprado un cerradura nueva

Día 4 de JUNIO

Hemos elaborado una contra provisional que realmente esta dando resultado, pero hemos de resolver la sujeción de la botavara sin que el mástil sufra el peso de la misma, creemos que nuestro mástl es muy delicado y no podemos colocarle un amantillo.


Día 3 de JUNIO

Hemos remato la maniobra del lazy Bag y lazy Jack. También hemos de tomar una determinación con relación a la colocación del amantillo o bién una contra de muelle o de amoriguadores.
El lazy Bag tal como vino en el barco, lo desmontamos, lavamos, reforzamos costuras y lo colocamos en la botavara











Día 2 de JUNIO

Esta tarde hemos salido por segunda vez, antes de ello hemos ajustado las jarcias firmes que del día anterior nos hicieron dudar del posible daño que hubiésemos podido causar al velero. También fijamos las distintas tuercas con cinta adhesiva.


Al salir y una vez izadas todas las velas cayó el viento en su totalidad, pero cual fue nuestra sorpresa al observar que seguíamos navegando suavemente pero con intensidad, a penas nada de viento, pero navegábamos ¡sorprendente, maravilloso!.

En el vídeo se puede ver como las velas están caídas, la mar quieta y nosotros navegamos. Toda una impresionante experiencia pensando lo que nos puede deparar este gran barco.


Día 1 de JUNIO

Por primera vez hemos salido a probar el barco. El viento es de Levante no llegará a los 12 nudos y la mar está plana . Nuestra principal cometido es evaluar como se encuentran las jarcias firmes, no debemos olvidar que el velero lleva más de tres años sin salir a navegar.
Al izar la mayor vemos claramente la necesidad de lubricar el carril de los patines el gratíl de la mayor,para ello lo mejor sería quitar la suciedad con un poco de disolvente y más tarde añadir lubricante con base de teflón indicado especialmente para los fricción de superficies metálicas, no hay que dudar pues su coste es similar y dará larga vida a los patines y a sus uniones cosidas al gratíl de la mayor.
En una virada que realizábamos apenas sin arrancada, al intentar recuperarla se produjo una racha de viento que hizo crujir algo, con un sonido seco, fuerte y metálico, no sabíamos de donde provenía, ni qué lo había producido. Tras bajar la velocidad del velero decidimos repasar todos los anclajes de la jarcias tanto interior como los de cubierta. No observamos nada anormal, pero la duda se había apoderado de nosotros, optamos por no forzar ninguna jarcia tomando dos rizos en la mayor.
Continuamos analizando todo los demás elementos y su comportamiento para llegar a la conclusión de que tendríamos que cambiar más cosas de las que pensábamos si realmente queríamos navegar con todas las potencialidades que este impresionante velero tiene dentro de si.